En la actualidad, y especialmente en el contexto post-Covid que nos ha tocado vivir, el sector retail tiene a su disposición multitud de tecnologías revolucionarias que le ayudan en su día a día.
Mapas de calor para saber por dónde se mueven las personas en una tienda y cuáles son las zonas frías y calientes de la misma; analítica wifi para conocer la tasa de fidelidad de los clientes, el número de transeúntes que pasan frente al escaparate o conocer cuánto tiempo pasan nuestros clientes dentro de un espacio físico; cuenta personas para estar al tanto del número de visitas que tiene un establecimiento en un periodo determinado, etc… Es decir, un montón de tecnologías innovadoras que pretenden que el retailer pueda optimizar el layout de su tienda, que tome mejores decisiones para su negocio en base a datos objetivos y, en definitiva, que tenga mayores beneficios.
¿Y qué pasa con el pequeño comercio?
Todo suena estupendamente, ¿verdad? Pero la duda es: ¿La implantación de estas tecnologías está al alcance del comercio de proximidad?.
Lo cierto es que, hace años, la implantación de este tipo de sistemas era muy costoso y por ello, era algo inalcanzable para los retailers pequeños y medianos. Pero, hoy en día, ya es posible disponer de una solución alojada en la nube por un módico precio y que nos permite realizar todas estas mediciones. Tecnología al alcance del pequeño comercio, escalable y modular que garantice siempre un pronto retorno de la inversión.
En el contexto actual no podemos permitir que la tecnología acabe marcando una barrera entre el pequeño comercio y la gran distribución. Y, aunque es cierto que el mundo de los grandes retailers o las franquicias son más propensas a tecnologías innovadoras, el pequeño comercio ya implanta tecnologías innovadoras en sus negocios. Y, si a esto, le sumamos las armas que tienen estos comercios de cercanía, de las que otros carecen (cercanía, proximidad, especialización, confianza, etc.) nos encontramos ante un tipo de negocio con muchas oportunidades y un largo camino por recorrer.
Como decimos siempre en Flame, y ahora más que nunca, la clave de la supervivencia está en la capacidad de adaptación. Sobrevivirán aquellos retailers que mejor se adapten. Por ello, las tiendas de barrio de toda la vida deben armarse con soluciones tecnológicas para poder seguir batallando frente a los grandes y frente al comercio electrónico.