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Los centros comerciales tienen hoy en día un nuevo objetivo: convertirse en centros de experiencias. Como ya hemos comentado en más de una ocasión, los malls ya no son solo lugares para ir de compras, sino puntos de encuentro, de experiencias, lugares para disfrutar de forma diferente. En una época como la actual, de disrupción y de transformación el reto es seguir ganando visitantes, captar la atención de la gente y diferenciarse.
Los centros comerciales han evolucionado y han tenido que adaptarse a las nuevas necesidades de sus clientes, combinando tecnología y experiencias para captar y fidelizar a los consumidores más exigentes. El nuevo consumidor ahora valora más el que haya nuevas fórmulas de ocio y de entretenimiento, que revitalizan el espacio. El objetivo es que éste sienta implicación con el centro comercial y establezca una relación positiva con el mismo.
Este cambio ha hecho que los centros hayan tenido que reinventar sus estrategias de marketing. Los métodos pre-Covid se han quedado obsoletos. Los nuevos consumidores valoran más que nunca su propia experiencia en el centro y, por ello, las acciones y servicios que el mall lleve a cabo jugarán un papel fundamental a la hora de hacer que los éstos vuelvan. El centro comercial tiene que se capaz de crear una experiencia de compra que aleje a sus clientes de la competencia y del comercio online.
Ahora bien, ¿dónde empieza la experiencia de compra de nuestros clientes? Tenemos que darnos cuenta de que ésta no se inicia cuando llegan al centro, sino cuando visitan nuestras redes sociales o nuestra web, cuando reciben una campaña de email marketing, etc. Si le mandamos a nuestro cliente un mensaje personalizado y segmentado estaremos iniciando una experiencia en este cliente que, por supuesto, se completará una vez que visite nuestro centro.
Todo indica que los centros comerciales del futuro serán parques de ocio, espacios en los que se podrá hacer de todo: conducir, esquiar, ir al gimnasio, comer, trabajar, visitar un parque de atracciones… Serán auténticas ciudades que contarán con hoteles, carriles bici, zonas residenciales, espacios de coworking, restaurantes de importante nivel, zonas para eventos de entretenimiento, e incluso granjas de animales. Está claro: el futuro es el entretenimiento y, sobre todo, las experiencias.
