Crear experiencias únicas, emocionales e íntimas con sus huéspedes es el objetivo que, hoy en día, persiguen las cadenas hoteleras que se han dado cuenta de la importancia de la personalización.
Potencia las experiencias personalizadas en tu hotel
Mucho más que un lobby
El lobby del siglo XXI es mucho más que un simple vestíbulo y se convierte en un espacio que representa toda la experiencia que se puede vivir en el hotel. Es una extensión del lounge, donde los huéspedes y visitantes pueden elegir su propia forma de interactuar, ya sea con un aperitivo, un cóctel o incluso trabajando. Por ejemplo, los Moxy by Marriott han convertido al bar en el punto principal del hotel. Allí, los huéspedes pueden tomarse una copa, trabajar e incluso hacer el check-in.
Redefiniendo la fidelidad
Otros de los aspectos donde más se está centrando la personalización es en los programas de fidelidad o de puntos, gracias a los cuales se obtienen promociones y ofertas.
Pero el nuevo huésped va más allá y ya no sólo busca reconocimiento y personalización. Éste esperan que la marca del hotel le reconozca, que sepa sus hábitos personales y que, de esta manera, ajuste al máximo la experiencia. La temperatura de la habitación puede ajustarse antes de la llegada y la conexión del wifi ha de estar preparada.
Pero ¿cómo mejorar la experiencia de un viajero fiel? Una habitación con mejores vistas, un servicio de habitaciones gratuito adaptado a los pedidos de estancias pasadas o una serie mejorada de amenities pueden ser la solución. Los hoteleros deben buscar la armonía total, que la experiencia sea fluida y personalizada.
Un futuro conectado
Los hoteleros solo están limitados por su imaginación y, claro está, por la tecnología. Y será ésta precisamente la que permitirá que esta transformación digital avance. Hoy en día ya es posible ajustar el tono de la iluminación en el dormitorio o en el baño, según las preferencias del cliente. Al abrir la puerta de la habitación podemos hacer que suene su canción favorita. Quizá a algunos huéspedes les pueda gustar el aroma a rosas, mientras que otros prefieran la frescura del limón. Las posibilidades son infinitas para crear esa conexión emocional que sorprenderá al huésped.