Los centros comerciales se han convertido en un lugar central de experiencias, de encuentro, de ocio y, en definitiva, de importantes interacciones sociales. Ahora imagina que estos encuentros se realizan en un centro comercial virtual en el metaverso… Allí también podremos pasar horas, reunirnos con nuestros amigos, interactuar con ellos en tiempo real… Y todo ello sin salir de casa. El centro comercial virtual llegará pronto y, de hecho, hoy en día, ya se está convirtiendo en una realidad.
Los centros comerciales surgieron como el símbolo de la americanización en los años 50, convirtiéndose en el centro de la cultura de consumo occidental. Luego vino el comercio electrónico y el auge de Amazon. Pero el comercio minorista, como se le conoce hoy, está cambiando. Los centros comerciales tradicionales no están muriendo, pero a medida que la conversación en el metaverso comienza a ganar impulso, un centro comercial virtual se volvería inmediatamente atractivo para los consumidores, marcas, empresas o alguien que quiera invertir en NFT o tokens no fungibles.
Si bien el metaverso sigue siendo una noción confusa para algunos, otros ya ven estos mundos virtuales ficticios como los centros comerciales del mañana. Deseosos por probar nuevas experiencias de compra sin tener que moverse de su sofá, muchos consumidores ya han comprado un artículo digital en un videojuego. Ahora quieren que las marcas multipliquen iniciativas del género en las plataformas del metaverso.
Un estudio revela que el 40 % de los encuestados, pertenecientes a todas las generaciones, consideran que el metaverso está solo en una etapa conceptual, pero que podría materializarse en forma de plataformas tecnológicas online en las que el público podría moverse usando un avatar.
La explosión del metaverso es real
Aún incipiente y casi desconocida, dará un vuelco a la inversión, tecnológica e inmobiliaria, la publicidad y el marketing o en la gestión en su globalidad de marcas y enseñas retail. También en los conceptos y canales, físicos y electrónicos. La verdadera disrupción está por llegar.