Los compradores nos enfrentamos a un mundo totalmente nuevo cuando vamos de compras. Un mundo que, en algunos casos, podemos encontrar atractivo y maravilloso pero que, en otros casos, puede llegar a ser desconcertante. Las tiendas esperan captar nuestra atención y mejorar nuestra experiencia de compra mediante dispositivos interactivos, saludos holográficos que nos dan la bienvenida, espejos que ofrecen consejos de moda, ofertas que nos llegan directamente a nuestro móvil, etc.
Si bien esta tecnología podría ser llamativa o interesante, también las personas podríamos, en ocasiones, recibirla como una trampa o incluso, una molestia. Y es que a veces la tecnología de contacto por sí sola puede ser un exceso y siempre hay que compensarla con el contacto humano. Las personas compramos offline precisamente en busca de ese contacto, esa cara humana, esa voz… Un exceso de tecnología podría confundirnos y molestarnos.
Pero ese no es el papel de la tecnología en el sector retail. No pretende molestar ni abrumar. Sus objetivos son otros basados en cinco criterios: conveniencia, velocidad, accesibilidad, información libre de anuncios y persuasión. Si tenemos una tienda tenemos que usar la tecnología que nos conviene, la que nos ayuda a ganar más, la que nos hace ser más ágiles, más atentos con los clientes, etc. la tecnología en el retail puede ayudarnos a conocer mejor al cliente al que nos dirigimos. Algo clave para triunfar.
En conclusión: Cualquier tecnología que me ayude a ser más eficiente cuando estoy de compras es un éxito.