Experiencia de compra es un término que puede englobar infinidad de conceptos, pero si atenemos a lo que realmente es, en definitiva se trata de oler, tocar, ver, oír, saborear, sentir, percibir, etc. Lo que se busca es generar recuerdos positivos de la estancia en la tienda que provoquen emociones, para que estas se transformen en una actitud de compra.
Que las experiencias se perciban incluso antes de entrar en la tienda es muy importante, y ahí es donde las nuevas tecnologías entran en juego. El geoposionamiento, los códigos BIDI en el exterior, la web, las apps, etc. Todos estos elementos pueden ayudarnos a lograr que, incluso sin estar delante del local, se perciban de él buenas sensaciones. Además, también cuentan la fachada, en la que se puede jugar con las formas, los materiales, el color, la luz, etc. Entrar en un local puede convertirse en una experiencia si el exterior promete que el interior va a sorprendernos.
Así, para ofrecer una buena experiencia de compra, el punto de venta debe tener en cuenta que:
1. No debemos poner a disposición de los clientes todas las experiencias el mismo día. Hemos de reservarnos sorpresas y experiencias inesperadas.
2. Tampoco podemos olvidar a los clientes cuando salen de la tienda. Nuestros clientes siempre conocen a otros y, en definitiva, pueden volver a comprarnos, recomendar nuestro establecimiento a otras personas o convertirse en un cliente para siempre.
3. Debemos tener en cuenta la gran importancia de la gestión del color, el olor, las texturas, las formas, los tamaños, etc. en el interior del establecimieto.
Lo principal es que la tienda sea un espacio lleno de sensaciones.
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