Para mejorar nuestro ratio de conversión lo mejor que podemos hacer es medir los resultados de nuestras estrategias y campañas. Como bien dice Lucía González en 10Deco, “Medir es vital, especialmente de cara a medir el ratio de conversión y la rentabilidad de nuestro negocio”. Ya sabéis, el que no mide no mejora…
En este post, Lucía pone el ejemplo del típico embudo de conversión que representa las fases o etapas por las que un cliente pasa a la hora de adquirir un producto o servicio: primero pasa frente a la tienda (transeúnte), luego entra, después está un tiempo dentro, paseando, tocando y observando aquellos productos que le gustan y que le llaman la atención… Seguidamente decide comprar (o no) y en ese momento es cuando adquiere uno o varios productos y gasta una cantidad mayor o menor de dinero. Este es el proceso de compra. Un proceso que se puede resumir y representar a través de un sencillo embudo de conversión que nos da un montón de información sobre cómo se comportan los clientes dentro de nuestra tienda.
Ratio de conversión en retail
Lo ideal para poder acertar en nuestras estrategias es conocer bien todo el proceso, que no se nos escapen datos. Es decir, de los que pasan por delante de mi escaparate, ¿cuántos entran, cuántos consigo captar?… Y de los que entran, ¿cuántos compran, cuántos no compran, cuánto tiempo están dentro, cuánto gastan?
Sobre todo esto habla largo y tendido nuestra marketing manager en la revista 10Deco. Si os resulta interesante aquí podéis leer el post completo en 10Deco.