Una de las cosas que los negocios online le están enseñando a las tiendas físicas es la necesidad de utilizar indicadores para medir y mejorar la gestión. Las tiendas de comercio electrónico conocen una serie de indicadores que les permite tomar mejores decisiones.
Las tiendas de comercio electrónico conocen cuántos usuarios llegan a su web, cuántos llegan pero se marchan sin apenas detenerse, cuánto tiempo pasan navegando los que se quedan… Utilizan ratios como la tasa de abandono, de conversión o tiempo de permanencia, algo que les permite tomar mejores decisiones.
Muchas tiendas físicas también utilizan indicadores, como las ventas totales del mes o las ventas por vendedor. Pero estos datos, aunque en extremo últiles y necesarios, no reflejan en su totalidad la realidad del establecimiento. Estos datos no ayudan a saber si estamos haciendo algo mal, pero no qué podríamos hacer para mejorarlo. Esto último lo realizan los KPI (key performance indicators).
¿Cuántos clientes pasan al día frente a la tienda? ¿Cuántos de ellos entran? ¿Cuándo hay más clientes en la tienda? ¿Por dónde pasan más, dónde esperan? ¿De los que entran cuántos terminan comprando algo? (tasa de conversión)…
El análisis de estos indicadores pueden ayudarnos a evaluar si el escaparate o las acciones de captación están funcionando o no. Nos permite también saber cuáles son las horas punta en nuestro negocio y si necesitamos hacer cambios en los horarios del personal.
Analizar la tasa de conversión, KPI clave, sirve para evita factores que puedan desencadenar la pérdida de clientes potenciales, como colas, rupturas de stock o mala atención al cliente.
En 2015 será tendencia la analítica en tienda que apoye la toma de decisiones. El retail intelligence permiten la recogida y gestión de estos datos que se generan en los puntos de venta y, sin duda, llegará para quedarse en la gestión de la tienda del futuro.
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